Condición Humana

                                                                      Niños


Soy solo un niño. Un niño que cría y educa a otros niños. Niños con la espalda encorvada y con arrugas en sus rostros. Niños con deseos, ansias, vicios y malos hábitos. Niños que matan. Trabajan. Son matados. Entierran y creman a otros niños. Que juegan a ser doctores y sanar los cuerpos y las Almas. Niños que se creen sabios y capaces de guiar países, sistemas, casas y familias.


Niños que toman decisiones estúpidas y luego se disculpan. A veces honestamente y otras solo para ganar tiempo, y volverlo a hacer. Al final de esta vida, cerca de la muerte, volvemos a ser niños. Otro niño que se cree adulto, te termina de criar hasta tu tumba. Y te dice adiós, o no. Y te vas. Y moriste como naciste. Sin nada. Y a veces sin nadie.


Niños solos. En una soledad que anhela compañías. Soledad del alma, que es la peor. Niños que ahogan las penas con alcohol. Drogas. Sexo simple y a veces hasta gratis. Que gratis no hay nada. Entregas tu alma cada vez que tienes algo gratis. Y te dejas llevar. De la mano. Por la desidia, la falta de estima, la falta de autoconocimiento y madurez. Te dejas llevar por otros niños que juegan a dominarte, a engañar a sus mentes con una falsa sensación de poder y control.


La muerte es cierta. Para todos. Nada hay en este mundo que garantice tu estancia. Nunca maduras completamente y sigues siendo un niño en tu corazón y cuando crees que derramas sabiduría. Entonces ya tienes un pie en la tumba. Y posiblemente ya ni sepas como vestirte o comer. Qué día es o como te llamas. Pero solo minutos antes sentías que eras sabio y que los años te habían hecho alguien mayor. Pero en realidad, y dentro de tu corazón, nuestro corazón. Aún somos niños. Queriendo la aprobación de Mama o Papa. O alguien a quien le dimos la autoridad de guiarnos en nuestros últimos tiempos.


Extrañamos a Mama, a Papa. Y ya somos abuelos. Pero lloramos a mama como si aún necesitáramos su abrazo para sanar nuestro roto corazón. Te extraño, Mama. En nuestros corazones jamás dejamos de ser un niño, con complejo de grandeza. Y nos resistimos a ese amor sudado. Con olor a comidas y a ropa usada. A ese abrazo con la ropa raída y esos brazos cansados. Gordos o flacos. Pero sabemos que en el fondo daríamos parte de nuestra vida para tenerlas con nosotros. Verlos felices, y aprobando la,el niño en el que nos convertimos. Queremos saber que sienten orgullo y que aprueban lo que hacemos.


Todos, Todos somos en nuestros corazones niños. Niños que aman, que viven y que mueren. Y dejamos atrás a otros niños. Y la historia se repetirá hasta que nadie se acuerde de ti. Y todas tus necesidades por las que luchaste y te afanaste. Todo eso, pasará. Y les tocará jugar a ser adultos, a los que dejamos atrás. 

Comments

  1. 😢 tienes razón. Qué pena que perdamos la sonrisa inocente del niño. Por lo demás, pues todo es jugar a vivir.

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  2. Real hasta la médula. Se juega a vivir cada cual de forma diferente y según las circunstancias q toca vivir

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    1. Exactamente. La vida es un Juego donde las reglas varian constantemente

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  3. Hermosa reflexión mi amor _de mamá y papá, es cierto lo q dices pero para los padres, los hijos siempre son " los niños" aunque hayan crecido y volado, y al mismo tiempo a los menos jóvenes , nos hacen falta nuestros padres,yo me he cogido a veces diciendo, " Mami o papi como te Tengo q contar, o si supieras esto...."_ En fin hay tanto q hablar sobre este tema, q ya tendremos tiempo

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